viernes, 26 de septiembre de 2014

La leyenda de la Matlacihua


La Matlacihua

El origen sobrenatural de muchos fenómenos que escapan a toda interpretación lógica, ha llegado a aceptarse colectivamente. Basta que los mismos sustenten su contenido en las entrañas de la tradición, para que creamos en ellos a pies juntillas. Tal certidumbre nos lleva a conseguir la historia de la Matlacihua: ente diabólico con apariencia de mujer que, a altas horas de la noche, aparece a los deambuladores y enamorados, atrayéndoles con las redes de sus encantos para después castrarlos y abandonarlos en algún despoblado o en la tenebrosa lobreguez de algún barranco.
La veracidad de esta historia corre entre los vecinos de la lejana villa de Talea de Castro, donde se dice que sucedieron los hechos. Seco y encanijado, Chema León, protagonista de lo sucedido, iba envuelto siempre en la cobija, como si un frio intenso y continuo lo amortajara. Paseaba a solas por las calles tortuosas del poblado, rumiando la pesadumbre que le dejó en recuerdo su aventura con la Matlacihua.

No quedaba ya ni sombra de aquel garrido mozo de otros tiempos, una especie de Don Juan indígena, no mal parecido y no escaso en mañas para rendir fácilmente corazones y voluntades de las doncellas, en la penumbra propicia de los cafetales, sin reparar jamás sus honras. Nunca podría haber imaginado ese mozo la deplorable condición a que habría de reducirlo su atrevimiento. Ello aconteció en la noche que sigue al día de la Asunción, en aquel tiempo en que administraban los señores Jefes Políticos y Chema León desempeñaba el cargo de “topil” en el ayuntamiento. Poco después del mediodía se había recibido en Talea un comunicado de urgente del Jefe Político de Villa Alta. El comunicado debía hacerse llegar a las autoridades municipales de San Juan Yaée. Chema León fue el encardado de llevarlo.
Tomó su jorongo y se lanzó cuesta arriba. Contra los cálculos que había hecho, el regreso lo hizo ya tarde, pues la espera de la respuesta en el Ayuntamiento, la obsequiosidad de los amigos y el espectáculo de la feria, alargaron su permanencia en Yaée. Así, a las once de la noche Chema León todavía trotaba por el camino solitario, bañado por la luz azulosa de la luna.
Llegaba ya a las primeras casa de la villa cuando, al volver un recodo, percibió a un lado del camino, sentada sobre una piedra, la silueta de una mujer. Vestía de largo, toda de blanco, y lucía una abundante cabellera que cubría su espalda. Al paso de Chema, la mujer procuró sustraer el rostro a la mirada inquisitiva del mensajero.
Chema León quedó intrigado. ¿Quién podía ser a tales horas? Se detuvo, indeciso. No sabía si acercarse o proseguir su camino cuando la mujer volteó hacia él su rostro con una risa explosiva:
-¡Jaa…Jaaa…ja! ¿No me reconoces, José María?
-¡Cómo! ¿Eres tú, Petrona? ¿Qué andas haciendo por aquí?
-Vine a traer leña. Mi padrino tiene gasto en su casa y tengo que ayudarlo. ¿Me acompañas?
-¿Leña? Pero… ¿A estas horas?
-¡Cómo que a estas horas!… ¿Dónde te has metido, pues, para o darte cuenta que estamos ya en la madrugada?
-¡La madrugada!… ¿sería posible? ¿A tal grado lo habían perturbado las tres jícaras de tepache que se había tomado en Yaée? El canto estridente de un gallo, desde una casa próxima, pareció corroborar aquella afirmación. Sin embargo, estaba seguro de que a lo asumo serían las doce de la noche. ¡Qué extraño! Además, el canto de aquel gallo no vibraba con la jubilosa exultación de quien anuncia un nuevo día, tenía algo de siniestro. Su estridencia percutía como si fuese a hoja de un puñal rasgando las entrañas de aquel silencio.

Accediendo a las insinuaciones de Petrona, y con los pecaminosos pensamientos de esa oportunidad tanto tiempo deseada, Chema León echó andar detrás de ella hasta internarse adentro, muy adentro, en el monte. Ya en el fondo de un tupido breñal rodeado por hoscos y agresivos peñascos, la engañosa apariencia de Petrona –inasible por más que la había perseguido para lograr sus lúbricos deseos- de repente cobró la satánica belleza de su forma real, saltando una risa diabólica y dejando entrever, bajo la falda ligeramente arremangada, sus patas de guajalote.

Aterrorizado, quiso huir, pero en el pánico las piernas se resistían a todo movimiento.
Quiso gritar, demandar ayuda, pero sólo pudo borbotar un ronco e inarticulado gurguiteo.
Tras un poderoso esfuerzo para sobreponerse pudo lanzar un entrecortado -¡Jesús me ampare!- y comenzó a tartamudear un viejo salmo bíblico:
-¡El señooor… es…. La…forta…le…zaaa… mía…!
Nuevamente el terror le oprimió la garganta, impidiéndole continuar, Frente a él, la maléfica aparición reía. Se mofaba de su imposibilidad para proseguir las oraciones:
-¡No sabes rezar José María!… ¡Joo…jooo… joooo! Mira yo sé la oración mejor que tú: “El señor es la fortaleza mía y el objetivo de todas mis alabanzas… Porque él ha sido mi salvador…”…Jiii…jiii…jiii!
La risa de la mujer resonaba multiplicada en la tétrica soledad de aquel paraje. Tal fue el pánico de Chema ante su eco estridente, y ante la ineficiencia de su rezo, que cayó sin sentido, en los instantes en que las primeras luces del alba ahuyentaban la maléfica presencia.
Algunas horas después, dos mujeres que se habían internado en aquellos parajes en busca de unas yerbas para infusión, descubrieron desvanecido al “topil” e informaron las autoridades de su hallazgo. Las autoridades procedieron a trasladarlo al pueblo, donde Chema León vivió rumiando, por el resto de sus días, su encuentro terrible con la Matlacihua..

The Matlazihua

(Translate in English)
The supernatural origin of many phenomena that are beyond any logical interpretation, has collectively come to be accepted. Just that they support your content in the bowels of the tradition, to believe in them blindly. Such certainty leads us to get the story of Matlacihua: diabolical entity-like woman, late at night, appears to toddlers and love, attracting them with networks of their charms to castrate and then abandon them at some uninhabited or in the dark gloom of a ravine.
The veracity of this story runs among the residents of the remote town of Talea de Castro, where it is said that the incident occurred. Dry and puny, Chema León, star of what happened, it was always wrapped in the blanket, as if a cold so intense and continuous amortajara. He walked alone through the winding streets of the town, brooding sorrow that left him in his adventure to remember Matlazihua.
There wasn’t anything except shadow of that other boy garrido times, a sort of Indian Don Juan, not bad looking and not lacking in tricks to pass your hearts and wills of the maidens in the gloom of the coffee favors, regardless of their ever honors. I could never have imagined that lad the deplorable condition that would reduce their audacity. This happened on the night follows the day of the Assumption, at that time they administered Political Heads lords and Chema León held the position of "topil" at City Hall. Shortly after noon Talea had received a statement from Chief Political urgent Villa Alta. The statement must be delivered to the municipal authorities of San Juan yaeE. Chema León was manager to wear it.
He took his jorongo and threw uphill. Against the calculations he had done, he did return late, waiting for the answer in the Town Hall, the obsequiousness of friends and the spectacle of the show, extended their stay in yaeE. So, at eleven o'clock Chema León still trotted down the lonely road, bathed in the bluish light of the moon.
And he came to the first house of the village when, returning a bend, saw a side of the road, sitting on a stone, silhouette of a woman. He wore long, all in white, and sported a full head of hair that covered his back. At step Chema, the woman tried to steal the face questioning look messenger.
Chema León was intrigued. Who could it be at this hour? He paused, undecided. I did not know whether to approach or pursue their way when the woman turned her face toward him with an explosive laugh:
-¡Jaa ... Jaaa ... ha! Do not you recognize, José María?
What! Is that you, Petrona? What are you doing here?
I came to bring firewood. My sponsor is spending at home and I have to help him. You come with me?
-¿Leña? But ... At this hour?
I 'How that at this hour! ... Where have you been, then, to or realize that we are in the morning?
It -¡La morning! ... Is it possible? To such a degree had disturbed the three bowls of tepache who had taken yaeE? The shrill crowing of a rooster from a nearby house, seemed to corroborate that statement. However, I was sure that I assume would be twelve o'clock.How strange! In addition, the song of that rooster vibrated with the joyous exultation who announces a new day, had something sinister. Its shrillness percutía as if to a knife blade ripping the guts of the silence.
Accessing insinuations Petrona, and sinful thoughts that opportunity long desired, Chema León began walking behind her to penetrate inside, deep in the bush. Already in the bottom of a dense thicket surrounded by rocks rough and aggressive, the deceptive appearance of Petrona -inasible more who had pursued to achieve their lustful desires-suddenly claimed the satanic beauty of real, diabolical laughter and jumping hinting, slightly tucked up under her skirt, her legs guajalote.
Terrified, I wanted to flee, but panic legs resisted any movement.
She wanted to scream, to demand help, but could only gurgle a hoarse, inarticulate gurguiteo.
After a mighty effort to overcome a stutter was able to launch 'Jesus I protect him - and began to stammer an old biblical psalm!:
Señooor ... is ... -¡El. The ... forta ... it ... zaaa ... mine ...!
Again terror squeezed her throat, preventing him from continuing, Opposite him, the evil apparition laughed. He mocked his inability to continue the prayers:
José María pray -¡No know! ... Joo ... jooo ... joooo! Look I know better than you prayer: "The Lord is my strength and the aim of all my praise ... because he has been my savior ..." ... JIII ... jiii ... jiii!
Laughter rang multiplied woman in the gloomy solitude of that place. Such was the panic of Chema before his shrill echo, and due to the inefficiency of his prayer, he fell senseless on the instants when the first light of dawn chased away the evil presence.
Some hours later, two women were admitted to those places looking for a grass infusion discovered faded to "topil" and informed the authorities of his discovery. The authorities proceeded to move to the village where he lived ruminating Chema León, for the rest of his days, his terrible encounter with Matlazihua.


La dama de blanco

Dama de Blanco

Cuenta la leyenda que por las noches por la noche, una persona, invariablemente un hombre, ve a una mujer vestida con atuendos de color blanco que deambula desorientada por la calle, visiblemente angustiada. Si el hombre no se acerca a preguntarle por sus tribulaciones, ella irá directamente hacia él y lo abordará, diciéndole que se ha perdido y rogándole que la ayude a regresar a su hogar. Si el hombre se niega presentando una excusa, la mujer le dedicará una mirada de rencor y lo dejará partir, pero las consecuencias serán funestas. Si por el contrario, el hombre decide auxiliarla, la mujer le indicará una dirección y le dirá que debe apurarse pues su familia está esperándola con ansiedad. En automóvil o a pie, inician el viaje. 
La mujer nunca revela donde vive, sino que va dando al hombre indicaciones que acaban por desorientarlo a él también. Cuando finalmente, tras horas de vagabundeo, el hombre está a punto de rendirse y de decir a la mujer que no puede ayudarla, ella lanza un grito de alivio, besa a su salvador y anuncia que han llegado al destino, que su casa está sólo a unos metros más allá. Baja del automóvil y se aleja, o si han marchado a pie, huye corriendo. Si el hombre intenta seguirla, nunca la encontrará; sólo podrá advertir, alborotado, que se halla en las cercanías de un cementerio. Quienes han tratado de averiguar la identidad de la mujer o de volver a verla caminando por las mismas  calles en donde la encontraron, nada ganan, nunca más volverán a verla. Hay quienes arguyen que han existido personas que sean enamorado en una noche de la dama de blanco y se han perdido, al no ser capaces de reencontrarla, cierta alegría de vivir. Es inútil, la dama de blanco  sólo aparece una vez en la vida, si es que lo hace.

Di Gool Na Kis



Nera dej sa cuent dee ke yal sched dib men dib sáa mbix kui dib gool schonk laar nakis die saa re lo need nken la so sa le nsa bix nsieb sa to dis men ngui gool lo sa mbere sagot mas sie le sabix nsieb sa le saa goy na nki sa mbere sagot mas sie le sabix sha rid le sagot ta dib yest schey yid sied nan a band gued la sad an lo yib na nied gool sa le sab ix gab plod dib ta na ndiab sa nar lugar ke te sa le sab ix na yi gab lo sa got baj mned na ndientra naa ngues ya sa gotdien gool msin sa nta dis schut nkuant saa bixt dien gool see msin ro sa yoo lis gool bndob tud mbaxa nsan myid dob yoó yedd a sa karel ndos le sa mbix li sa fuer da ked sa sis gool ngab sa ree lo nmen ne god mba so di gool yis yoó ngab se men cha mbui goo dib gol die lo ned na lid sag an kuan saa gool na nguitra sa de dib nyal ndrió dib gool nchook laar na nkis ndieb re sa gool per diab sa ndibta ngui sa me mbay na ned lut da nen mbol gued na tud nkuan nkin good.


Elaborado por: Martha Liliana Morales Merino y Karen Pamela Tereso
Colegio de Bachilleres del Estado de Oaxaca
Aula:104